Una de las tradiciones más antiguas de la ciudad de Ponferrada, y uno de los actos que se destacó para conseguir el reconocimiento de Fiesta de interés turístico nacional para la Semana Santa de Ponferrada: la salida de clarines y timbales de los corredores en la madrugada del Viernes Santo tiene unos cuatro siglos de historia y es uno de los elementos más llamativos de los que acontecen durante estas fechas en la capital del Bierzo.
Organizada, desde su fundación en el siglo XVII, por la Real Hermandad de Jesús Nazareno de Ponferrada, la Salida de clarines y timbales de los corredores llena con su característico sonido cada Viernes Santo las calles de toda la ciudad. Los encargados de esta cita con la tradición son 70 cofrades entre clarines (que tocan trompetas y cornetas) y timbales. Su misión, avisar al resto de hermanos (esta Hermandad tiene unos 3.000 cofrades) para la procesión del Encuentro. Se organizan en varios grupos, cada uno con su itinerario, para cubrir toda la ciudad, que tienen dividida en siete zonas.
En un año normal, cualquiera de sus 400 de historia excepto los últimos dos, se citan a las 5 y media de la mañana en la plaza de la Encina. Allí, en el Sagrado de la Basílica hacen un círculo y rezan un Padrenuestro y un Ave María por los cofrades fallecidos y en recuerdo de los que han sido corredores durante esos cuatro siglos. Si en el último año ha fallecido un corredor, un timbal (si era timbal) o un clarín (si era clarín) será dispuesto en el centro para honrar su memoria.
Salida de los corredores, 400 años de historia en Ponferrada
Junto a la Basílica, dan el primer toque, todos juntos, los setenta. Resuena así la Semana Santa ponferradina avisando de la procesión del Encuentro. Después, cada grupo (formado por entre ocho y 12 personas) recorre su itinerario dando toques. Los participantes aseguran que es algo emocionante y les fallan las palabras para explicarlo. Un joven cofrade, Fernando (de 17 años, que es corredor desde hace cuatro), asegura que “hay que vivirlo”. Para el gobernador de los corredores, Pedro Cesáreo Gómez Corral, esta noche es tan especial como la de Reyes: van dando los toques y escuchan el subir de las persianas, levantan la vista y ven a los niños asomándose a las ventanas. Para él, ser corredor le hace sentirse un privilegiado.
Participar en esta salida que, algunos, entre ellos, llaman también “el Despertar”, no está al alcance de cualquiera. Si se sabe tocar la trompeta o la corneta, el proceso para entrar será más corto pero para los timbales hay una larga lista de espera, pues están limitados. Hay que esperar a que alguien lo deje y entonces ocupar ese puesto. La Hermandad puede dar de baja a un corredor si durante dos años consecutivos falta a la cita sin causa que justifique esa ausencia.
Fernando, que es cofrade desde los 3 años, se valió de su pericia con el viento, que ya había demostrado en la banda Nazíen, la de la Real Hermandad, y por esa vía entró en la lista. Dice que a todos los cofrades les gusta y “les tira hacer la salida de los corredores”. Para él es una noche muy especial, distinta, para disfrutar con el grupo, en plena hermandad. “Es una noche que es difícil explicar porque hay que vivirla”, asegura el joven. Este año, la va a echar mucho de menos. No suelen hacer fotos, “estamos nosotros solos”, cuenta el gobernador.
El libro de reglas de la Real Hermandad dicta que para ser uno de estos corredores hay que hacer una solicitud al gobernador, en donde se aclara si se opta a clarín o timbal. En caso de que se quiera ser clarín, hay que saber dar el toque. El número de estos no está limitado. Por supuesto, se ha de ser cofrade de la RH de Jesús Nazareno de Ponferrada.
En otras ciudades, cuenta Pedro Cesáreo Gómez, hay cosas parecidas, como la llamada de los Hermanitos de Jesús, en León capital. El toque nocturno de la salida de timbales y clarines de los corredores fue uno de los puntos que se destacaron cuando se dio a la Semana Santa de Ponferrada el reconocimiento de Fiesta de interés turístico nacional.
Gómez explica que en la Hermandad ser corredor es algo muy apreciado, porque no lo puede ser cualquiera: o bien hay que saber tocar trompeta o corneta o bien esperar a que un puesto de timbal quede libre. El ahora gobernador empezó a despertar a los hermanos y avisar de la procesión del Encuentro a principio de los años noventa. A pesar de esa veteranía, asegura que “se siente presión por ser una de las tradiciones más antiguas de la ciudad de Ponferrada”. La ilusión que percibe en la ciudad cuando va con su grupo a dar los toques le parece que hace de la noche del Jueves al Viernes Santo una velada tan especial como la de Reyes.
Sin salida de timbales y clarines de los corredores en 2021
Este año, la Real Hermandad de Jesús Nazareno pidió permiso para realizar la salida de timbales y clarines de los corredodes, al entender que cabía ser celebrada con total seguridad, pero este no fue concedido. La ciudad de Ponferrada se pierde por segundo año esta centenaria tradición, la de los toques en la madrugada del Viernes Santo. Habrá que esperar al año que viene, cuando se haya superado definitivamente la pandemia, para que Ponferrada recupere ese sonido tan peculiar de su Semana Santa.
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