El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció este martes que 2.000 militares de las Fuerzas Armadas se van a poner “a disposición de las comunidades autónomas” que tienen más casos de COVID-19 para que ayuden en el rastreo de los contactos de los contagiados que dan positivo en las pruebas PCR de detección de casos.
Durante una rueda de prensa en el Palacio de la Moncloa después de celebrar la primera reunión del Consejo de Ministros tras sus vacaciones veraniegas, Sánchez dio a conocer varias medidas materiales y jurídicas para reforzar la lucha contra el coronavirus, dado que en lo que va de mes de agosto el número de casos han pasado de 285.430 el 30 de julio a 405.436, según el parte oficial del Ministerio de Sanidad dado a conocer el lunes.
Sánchez destacó, además, que las comunidades autónomas tienen a su disposición la “herramienta del estado de alarma” para endurecer las medidas contra el coronavirus si así lo considera, por lo que invitó a los presidentes de los diferentes territorios a solicitarlo si así lo quieren al Ejecutivo central para que el Consejo de Ministros lo apruebe y el Congreso de los Diputados lo ratifique.
En este sentido, indicó que el estado de alarma podría aprobarse por territorios con el presidente autonómico correspondiente como “máxima autoridad”, por lo que suya sería también la responsabilidad de acudir al Congreso a defender la necesidad de esa medida y de solicitar prórrogas cada dos semanas si fuera necesario. Eso sí, garantizó que en ese trámite tendrán el voto a favor del PSOE para su aprobación.
Estado autonómico
Sánchez se amparó una y otra vez en que España es un estado autonómico, reconocido como tal en el Título VIII de la Constitución de 1978, para descartar la posibilidad de una nueva declaración nacional de estado de alarma o que La Moncloa intervenga sobre algunos territorios porque, según subrayó, las competencias de sanidad y educación están descentralizadas en las comunidades.
Recalcó que el Estado autonómico “no es un invento de quita y pon”, por lo que su apuesta pasa por “fortalecer el estado autonómico” frente a quienes en el confinamiento le acusaban de centralizar el Estado, como hacían los partidos independentistas. También defendió que tras el fin del estado de alarma conviene mantener la responsabilidad en las comunidades, sobre las que en este punto dijo que “lo están haciendo bien” en un “esfuerzo sin precedentes”.
Para que tengan éxito, sacó a relucir que tienen “el apoyo del Gobierno de España” mediante el fondo de 16.000 millones de euros destinado “a fondo perdido” a las comunidades para que puedan sufragar los gastos extra que han tenido especialmente en materia sanitaria a la hora de luchar contra el coronavirus, así como para contratar profesores extra para reducir la ratio de alumnos por clase en el nuevo curso escolar.
En materia educativa, Sánchez descartó convocar para este fin de semana la Conferencia de Presidentes específica sobre educación que el Gobierno anunció en junio que tendría lugar antes del inicio del curso escolar. Sin embargo, precisó ahora que esa reunión será “en el mes de septiembre”.
Además hizo un llamamiento a todas las comunidades autónomas para que integren cuanto antes sus sistemas sanitarios con la aplicación móvil RadarCovid que el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital ha lanzado para realizar un rastreo de casos de coronavirus. Indicó que él ya la tiene descargada en su teléfono y apuntó que con que un 20 por ciento de la población hiciera lo mismo podrían reducirse un 30 por ciento el número de casos en España.
Además, rechazó la petición del Partido Popular de acometer reformas legislativas para dar amparo a las medidas que están adoptando las comunidades y que, en algunos casos, han paralizado las resoluciones de algunos jueces. Para el presidente, esas situaciones resultan excepciones porque “el Poder Judicial está validando en la mayor parte” los pasos de los gobiernos autonómicos.
“La situación no es buena”
Al hacer balance de la evolución de la pandemia en España, Sánchez comenzó lanzando un mensaje de advertencia porque la situación actual “no es buena y hay que atajarla” ante el fuerte incremento de casos durante el último mes. Puntualizó que “la situación de nuestro país no es homogénea” en todo el territorio dado que “hay comunidades autónomas y provincias que parecen haber logrado mayor eficacia” en la detección de casos y en la reducción de positivos.
Admitió que el virus “está actuando con mayor intensidad y contundencia” en algunas zonas, sin entrar a dar nombrar que generasen agravios entre territorios, y reconoció que la evolución resulta “preocupante para el Gobierno” hasta el punto de parafrasear las palabras de la semana pasada del doctor Fernando Simón sobre que “las cosas no van bien”.
Sánchez pidió “serenidad” pese a este diagnóstico de “alerta” y se mostró convencido de que la situación está “lejos de la de marzo” porque el número de hospitalizaciones y de fallecimientos no es el de entonces, así como que las altas a los enfermos llegan en menos tiempo. Pese a ello, recomendó “estar vigilantes”.
Ahora, indicó que hay que dar una “respuesta más intensa y serena ante la amenaza” porque las comunidades autónomas “han incrementado notablemente la capacidad de diagnóstico” de los casos al aumentar las plantillas de rastreadores y al realizar test masivos de pruebas PCR en las zonas de población con mayor índice de casos.
Sánchez se mostró convencido de que España podrá dar la vuelta a la situación actual porque “ya lo hicimos” durante el confinamiento, el país entero demostró que “sabemos hacerlo” y cree “seguro que lo vamos a volver a hacer” en las próximas semanas, en las que hay que afrontar dos desafíos como el inicio del curso escolar y el regreso laboral de muchas empresas.
Adujo que “no debe haber un miedo que nos paralice” y que “no podemos permitir que la pandemia vuelva a adueñarse de nuestra vida como hizo en primavera”, cuando millones de personas acabaron en un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) o directamente en el paro.