EBD / Ical Sanidad confirmó a última hora de este martes el primer caso de zika en la provincia de León, si bien advierte que no ofrecerá más información, en concreto si se trata del posible caso registrado en Ponferrada, que estaba pendiente de unos análisis. El Gabinete de Comunicación de la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León ha explicado a este periódico que las autoridades sanitarias han decidido ofrecer los datos provincializados “para proteger los derechos de los pacientes, no solo su identidad, y evitar su ‘estigmatización’.
El número de casos diagnosticados de virus zika en Castilla y León, de acuerdo con los datos facilitados hoy por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, que actualiza semanalmente el balance de casos registrados en todo el país y confirmados por el Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III en base a las muestras enviadas por los hospitales. Fuentes de la Consejería de Sanidad confirmaron a Ical que los cinco casos registrados en la Comunidad son de personas que visitaron países afectados, y que de ellos dos se han registrado en la provincia de Ávila, uno en León, otro en Salamanca y uno más en Valladolid.
Hasta la fecha, y a nivel nacional, se ha confirmado infección por virus zika en 27 personas, todas ellas tras haber visitado países afectados, por lo que se trata de casos importados. Nueve de los pacientes se encuentran en Cataluña, de las que dos son mujeres embarazadas, seis en Madrid, cinco en Castilla y León, dos en Aragón, dos en Asturias, uno en Andalucía, uno en Murcia y uno en Navarra.
Una enfermedad viral pero leve
La fiebre por virus zika es una enfermedad viral, generalmente leve, que cursa de forma parecida a la gripe y transmitida por mosquitos del género ‘Aedes’, portador de otras patologías como la fiebre amarilla o el dengue y que, si bien empieza a encontrarse en ciertas regiones mediterráneas, no es habitual en España y menos aún en Castilla y León.
La sintomatología, habitualmente leve, es similar a los de otras infecciones por ‘arbovirus’, entre ellas el ya mencionado dengue: fiebre leve, sarpullido (principalmente maculo-papular), dolor de cabeza, dolor en las articulaciones, dolor muscular, malestar general y conjuntivitis no purulenta, que ocurren entre dos y siete días después de la picadura del mosquito vector. Asimismo, los síntomas son muy similares a los de la gripe común, y desaparecen igual que estos, en torno a una semana o diez días, sin mayores consecuencias
Se estima que una de cada cuatro personas no necesita tratamiento específico; los pacientes deben estar en reposo, beber líquidos suficientes y tomar analgésicos comunes para el dolor; únicamente si los síntomas empeoran deben consultar al médico.
Las complicaciones solo se relacionan con embarazadas
Las complicaciones graves por virus zika se relacionan únicamente a su afectación a mujeres embarazadas, ya que las evidencias lo vinculan cada vez más a malformaciones por microcefalias que pueden provocar la muerte fetal o al poco de nacer o importantes secuelas permanentes en los bebés nacidos.
En el caso de aquellas mujeres embarazadas que tengan previsto viajar a alguna de las zonas declaradas de riesgo por la Organización Mundial de la Salud, se recomienda que, en la medida de lo posible, aplacen su viaje hasta después del alumbramiento. Si tuvieran que desplazarse obligatoriamente, se recomienda una especial prevención respecto a la profilaxis de la picadura del mosquito.En cuanto a las mujeres embarazadas que pudieran haber regresado recientemente de estas zonas, deben comunicar esta circunstancia al ginecólogo que siga su embarazo para que les haga un especial seguimiento.
¿Cómo se transmite?
El virus Zika, conocido también por las siglas ZIKV, es un es un flavivirus de la familia de los Flaviviridae que se transmite por mosquitos del género Aedes. Desde los años 50 se han descrito casos en el África tropical, pero desde 2007 se ha extendido al Pacífico, Sudeste asiático y, ya en 2015, a Brasil. Hasta la fecha no se ha descrito ningún caso en Europa, aunque es posible que algún viajero que haya visitado las zonas afectadas haya padecido la infección sin haber sido diagnosticado.
Además de la transmisión por la picadura de los mosquitos en zonas tropicales con presencia del virus, podría producirse por la transmisión perinatal transplacentaria o durante el parto, si la madre está infectada y tiene presencia del virus en la sangre en ese momento.
La transmisión de la infección por transfusiones de sangre podría ser teóricamente posible. En el brote de Zika que se produjo en la Polinesa Francesa entre noviembre de 2013 y febrero de 2014 se encontró virus Zika en la sangre del 3% de los donantes analizados, aun estando asintomáticos.
Por último, en el 2011 se describió un posible caso de transmisión sexual del virus Zika. En otro paciente se llegó a aislar el virus en el semen hasta dos semanas después de haberse recuperado de los síntomas de la infección. En el brote actual de América del Sur también hay algún caso más de probable transmisión sexual.
Los tres últimos modos posibles de transmisión son muy raros. Lo habitual es que la infección se adquiera por la picadura de un mosquito portador del virus en algunas zonas tropicales.
La OMS urge a los países más afectados a mejorar las capacidades de los laboratorios para detectar el virus y acabar con las poblaciones de los mosquitos que actúan como vector de transmisión, ya que representan un “importante factor de riesgo de la infección”.
De hecho, ante la ausencia de una vacuna la única medida de prevención y control de la enfermedad se basa en evitar las zonas que pueden servir de criadero de estos insectos y tomar medidas frente a las picaduras como el uso de repelentes de mosquitos, ropa clara y dormir con mosquiteras.
Los expertos señalan que es difícil que en España se produzca algún caso autóctono porque se necesita una masa crítica de personas infectadas para que los brotes progresen. Sin embargo, el mosquito tigre, uno de los vectores del virus del Zika, está presente en el Levante español. “Esto quiere decir que hay que tener cuidado con las personas que puedan traer el virus, diagnosticarlas correctamente y evitar su exposición para que no puedan ser picadas por el mosquito”, según ha explicado a la agencia Sinc Esteban Domingo, virólogo en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa.