El tejo de San Cristóbal, octavo árbol más antiguo de España

El trabajo de “árboles singulares” de la Sociedad Española de Ciencias Forestales lo ha coordinado Susana Domínguez, a su vez, presidenta de ‘Bosques Sin Fronteras’. De los doce árboles más longevos de España, los más veteranos serían la ‘Fanga De Arion’ con 1.700 años, el Tejo de Barondillo con casi 1.700 años también, y los castaños de Nuestra Señora de Alcobila, de similar edad. Luego habría otros cuatro ejemplares en torno a los 1.500 años para llegar al octavo lugar, donde sí destaca con sus casi 1.300 años el Tejo de San Cristóbal de Valdueza, en el municipio de Ponferrada.

La mayoría de los árboles desarrollan anillos de crecimiento que ayudan a determinar no sólo su edad sino también su historial ya que permiten descubrir los daños que ha sufrido a lo largo del tiempo. “La anchura de los anillos es la clave”, explica la experta. “Los de mayor espesor nos indican que las condiciones de vida del árbol fueron mejores,mientras que que los daños producidos por las heladas, sequías, plagas o enfermedades pueden estrecharlos e incluso producir anillos dobles en un mismo periodo de crecimiento”, apostilla.

Se debe tener en cuenta que no siempre los árboles más ancianos son los más grandes: “El problema es que la gente confunde tamaño con edad y eso no es así porque no solo depende de la especie sino de las condiciones de crecimiento, el clima, la situación…”, afirma Domínguez. Los enemigos más comunes son, además del ser humano, las podas abusivas, insectos, hongos, virus…”, señala. La mayoría de las especies pueden superar los cien años sin problemas. Una encina de 300 años es habitual, no así un chopo que suele vivir menos.

Olivos, encinas, tejos, castaños, robles, pinos, enebros, dragos… son las especies más longevas en España. El Tejo de San Cristóbal, todo un monumento natural, es uno de los seres vivos más viejos de nuestro país. En él se han cobijado encuentros amorosos, ha sido testigo de luchas, de celebraciones… Y sin embargo permanece ahí, airoso, al menos de momento, a los ataques de plagas, las inclemencias del tiempo y a la acción del hombre.