PREMIOS MUJER 2024

El tren del olvido

 

La raza humana a la que pertenecen tantos de nuestros lectores…-palabras del inigualable periodista Chesterton- conoce perfectamente que los de su propia especie son especialistas en querer hacer ver, lo que realmente no es. Llevado a la praxis -RAE Prada A Tope- , praxis política, la cuestión adquiere unas dimensiones tan inconmensurables como inverosímiles. Hasta aquí he dicho, sin decir nada. La nada más absoluta, como esa espera, que no espera nada. Juegos y más juegos de palabras, que quedan en el aire en forma de promesas, aguardando tiempos mejores.

De las chimeneas de ENDESA y ANLLARES, ya no salen los gases efecto de la combustión del carbón. Si se detienen a contemplar esas columnas de humo, como se hace buscando imágenes entre las nubes, se pueden ver perfectamente, los dibujos fantasmagóricos que nos devuelven esas chimeneas. Ayer mismo, contemplando esas hileras de humo de la térmica de Compostilla, pudimos ver desdibujada la figura del tren minero, Ponferrada-Villablino, esa alternativa turística para el Bierzo y Laciana, que nunca llega. La Junta de Castilla y León presupuestó el proyecto en 80 millones, que luego dijo no podía pagar, por la socorrida crisis. No hay nada más triste que esperar un tren que nunca llega. Como aquella canción de Maná El Muelle de San Blas… pero aquí en la estación de Ponferrada o la de Villablino, o cualquiera de ellas: las del recorrido del Ponfeblino, donde miles de lunas pasaron…

Y en esa figura borrosa del tren turístico que nunca llega, y que proyectan las chimeneas de nuestras térmicas, otro viajero de excepción: el prometido edificio administrativo de la Junta, el Ayuntamiento de Ponferrada y el Consejo Comarcal, que hace justamente 9 años se presentó. Un inmueble de 18.000 metros cuadrados de superficie en diez plantas sobre rasante y tres de sótano. La Junta también iba, con b, a invertir, casi 15 millones de euros, que siguen pululando por la atmósfera. Sola en el olvido quedó, como la protagonista de Maná, esa parcela de 2.200 metros cuadrados en el bulevar central de La Rosaleda.

Por si acaso han perdido los papeles, los del proyecto digo, vamos a recordar que la planta baja estaría compartida por las tres administraciones, con un control único de seguridad y tres mostradores de entrada. Las plantas dos y tres se destinarían al Consejo Comarcal; la cuatro y cinco al Ayuntamiento de Ponferrada y de la sexta a la novena para la Junta de Castilla y León.

Ni rastro de ese humo que se difumina en el horizonte de Cubillos del Sil y Congosto… Pero el tren sigue con su chachachá… y de él tirando ya muy cansada, la emblemática locomotora 31. Aunque estemos en otoño y la nueva estación meteorológica invite, no queremos dejar la historia con dramático final… dijo el poeta que de todos los trenes una mano nos llama. A ver si vemos pronto la del Consejero de Fomento, o la del nuevo Ministro de Industria, Energía y/o Turismo…