Efectivos de la comisaría de Ponferrada de la Policía Nacional detuvieron a dos hombres y una mujer, de 53, 41 y 29 años de edad, respectivamente, todos ellos vecinos de Ponferrada, durante el desmantelamiento de varios narco-pisos desde los que se distribuía heroína, cocaína y opio en diversas zonas de ocio de la ciudad. Los tres detenidos en la operación, bautizada con el nombre de ‘Paralelo’, son considerados presuntos autores de un delito contra la salud pública por tráfico de sustancias estupefacientes y la autoridad judicial ya ha decretado el ingreso en prisión provisional del cabecilla del grupo.
Según informaron hoy fuentes de la Subdelegación del Gobierno en León, las detenciones tuvieron lugar durante la tarde y primeras horas de la noche del lunes, tras varios meses de trabajo y numerosas vigilancias para la prevención y erradicación del menudeo de sustancias estupefacientes. Uno de los detenidos, al que la Policía tenía identificado por su actividad ilícita y con diversos antecedentes por hechos análogos, fue detectado a su regreso de Galicia con la sustancia que había adquirido para posteriormente distribuir en esta localidad.
Tras la detención de esta persona, los agentes practicaron varios registros en domicilios de la ciudad, así como en la localidad de Miño (La Coruña), donde la banda almacenaba la sustancia en un piso a la espera de disponer de ella en menores cantidades y aprovisionar a los diferentes inmuebles alquilados en Ponferrada, desde los que se distribuían las sustancias.
Los registros se cerraron con la detención de los otros dos implicados y con la incautación de 300 gramos de heroína, 100 gramos de cocaína, un gramo de opio, un vehículo Nissan Juke, dos básculas de precisión, cinco teléfonos móviles y más de 3.000 euros en efectivo.
Narco-pisos
Según fuentes cercanas a la investigación, con esta operación se desmantelan y erradican varios puntos de venta de sustancia estupefaciente en la zona del centro de la ciudad y en la zona alta, en calles como Toralín, Guerra o San Fructuoso. Estos narco-pisos generaban gran alarma social dada su proximidad a varios institutos.
Además, en cada narco-piso la banda tenía una persona encargada de llevar a cabo su distribución y venta, a la que se le pagaba con la sustancia para su consumo así como diversas salas en las que los clientes también efectuaban su consumo. En el momento de la actuación policial, los agentes encontraron en el interior de alguna de esas salas a personas consumiendo sustancias prohibidas.
