Triunfo de los regionalismos

Tras más de 40 años de democracia el devenir político no deja lugar a dudas. Asistimos, impávidos, al triunfo de los regionalismos. Es la consecuencia inmediata de la España de las autonomías y del sistema electoral que durante la Transición los padres de la Constitución diseñaron sin llegar a saber realmente si el sistema funcionaría o hasta cuándo podría funcionar. La Guerra Civil, que no fue sino el resultado de la injerencia de potencias extranjeras en una lucha fraticida entre la España centralista y el independentismo de otras zonas (Euskadi y Cataluña), terminó con unas consecuencias de las que hoy día deberíamos estar de muchas formas menos orgullosos, pues fue una guerra entre hermanos. Los nacionalismos fueron la chispa para la pólvora importada de fuera, en sentido figurado claro.

Ese problema se quiso resolver en el 78 con el diseño de las autonomías, pero una vez otorgadas a las denominadas «históricas», esto es, a las de las reconocidas en la Segunda República, se procedió a un sprint eufórico en el que todo bicho viviente quería ser como Cataluña o como los vascos. Si te quedabas sin estatuto de autonomía no eras nadie ni nada.

Ése era el pensamiento de finales de los 70 y principios de los 80. Y de los recortes, no lo olvidemos jamás, surgió nuestra Castilla y León. Algo que casi otros 40 años después es una sólida realidad con sus claros oscuros según en el punto geográfico que se viva. En León o en el Bierzo, existen con mucha dificultad pero manteniendo el tipo, opciones regionalistas que a nivel regional pintan más bien poco o casi nada. Dicho esto con todos los respetos de este mundo. Que hay mucho radical suelto.

Y así estamos. Con un Gobierno de España pendiente de los independentistas, nacionalistas o cualquier fuerza que le ayude a proclamarse Ejecutivo no provisional sino electo. Con una Castilla y León donde la tercera fuerza chulea toscamente con ganadores y secundarios. Con una Diputación de León donde la UPL no ha dicho el «sí quiero» ni al PSOE ni al PP, aunque los socialistas llegaron antes al acuerdo tácito…Y así podríamos continuar por ayuntamientos y otras administraciones. Para las próximas, ya saben, a ser los terceros y a sus órdenes.

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