Unas semanas nada y otras no sé por cual decidirme, así que ahí van las dos. Empezaré por la mala. En realidad es peor, de ahí los interrogantes, peor, cruel, obscena, por hedionda, tanto que no es que llegue a ridícula, es lo siguiente.
Creo que este fin de semana un periodista (¿???) ha escrito un artículo o blogg dando su opinión sobre las personas que nacen con discapacidades físicas o psíquicas, o aquellos que sufren enfermedades crónicas o distintas discapacidades. Es claro, para él, que suponen un gasto económico a la sociedad, un gravamen que no tenemos que soportar el resto. Para ser precisos el ser humano este, tacha de crimen contra la humanidad dejar nacer a los bebés con algún tipo de discapacidad, vamos que sería necesario, siempre según él, el aborto obligatorio. Literalmente el periodista(¿??) dice que habría que castigar a todas las madres que den a luz a hijos tontos, enfermos y peores. ¿Sabemos si su madre se lo planteó con él? Desde luego no voy a decir que hubiese sido lo acertado, puesto que creo que todos tenemos derecho a nacer y vivir .hasta las ratas cumplen una función aunque yo no lo tengo claro.
Dice textualmente que dicha decisión, dejar que nazcan, va contra la Declaración Mundial de los Derechos Humanos. ¿Sí ¿No se habrá liado y habrá leído los derechos promulgados un tipo bajito, de bigote ridículo, cara de enfadado y amargado, lo más alejado de la perfección física? Uno que hizo tanto bien (ironía) que culminó su éxito en la vida (más ironía) suicidándose. Va a ser que el hombre este con tantas cosas a las que atender y una sola neurona trabajando se confundió con el tratado de derechos según los nazis. Espero no pasarme con lo que digo, pero cuando escuché el comentario al artículo el fin de semana pensé que era una broma, que el autor lo escribía así para provocar y terminar diciendo lo contrario. Pues no. Ni era broma, aunque fuese de mal gusto, ni yo habían entendido mal. Copio una de las lindezas que escribe: Si alguien deja nacer a alguien enfermo, pudiéndolo haber evitado, ese alguien deberá someterse a la posibilidad, no solo de que el enfermo lo denuncie por su crimen, sino de que sea la propia sociedad, que habrá de sufragar el coste de los tratamientos, la que lo haga.
Sin comentarios, no puedo porque acabaría diciendo alguna barbaridad. Soy de la firme creencia, que no opinión, que todos somos necesarios y útiles, no sólo porque consigamos grandes logros a lo largo de nuestra vida. Si consigues con una sonrisa alegrar el día de alguien, si haces que otro sonría aunque sea un instante, tu vida ya tiene sentido, no eres un parásito. Sospecho que este señor nunca ha experimentado esto, es muy posible que nunca nadie le haya dicho: gracias por tu sonrisa, o le haya sonreído en respuesta a su sonrisa; o le dijesen: eres un ángel para mí, o tal vez: el mundo es un lugar mejor porque existes tú. Lástima.
Voy con la buena, para acabar con buen sabor de boca. Se acercan las Primeras Comuniones de mis niños, mis catecúmenos para ser exactos, de los niños a los que yo he intentado enseñar, mejor transmitir, que Dios, Jesús, les ama tal como son, con sus defectos y virtudes, que para Él son (somos) perfectos y por tanto a querer recibirle en la Comunión, a amarle a Él. Entre todos ellos uno no ha podido asistir hasta hace unas semanas a la catequesis con sus compañeros. No porque no quisiera, sino porque una enfermedad grave se lo impedía, su tratamiento le dejaba sin defensas y le ponía en peligro. Todos hemos rezado porque, sino podía ser antes, al menos estuviese con todos el día de la Comunión. Ha llegado antes. A mí me vale verle con tanta ilusión, me vale su sonrisa, me vale la alegría del resto de sus compañeros porque él esté, me vale que intente hacer una genuflexión aunque sus articulaciones se lo impidan (como a mí), me vale poderle sonreír .Sólo por esto ya merece la pena. Sólo por esto, él ya forma parte importante de nuestras vidas, de la historia de todos nosotros, él hace que me sienta agradecida y orgullosa por pertenecer a la especie humana. Este niño es lo más parecido a la perfección. Algo que energúmenos como el anterior listo ni ha experimentado, ni reconocería aunque le cayese encima. Pero para que insistir en explicárselo, sería como dar margaritas a los cerdos.