El Ayuntamiento de Villafranca del Bierzo continúa con el reparto de agua embotellada entre los vecinos, después de que los inspectores de Sanidad declararan el agua del grifo como no apta para el consumo ni tampoco para cocinar.
La turbidez del agua corriente se mantiene en niveles por encima de lo permitido desde el pasado viernes, un problema que sólo se podrá resolver definitivamente con un cambio del sistema de filtración que asciende a 600.000 euros, una cantidad que el Ayuntamiento por sí solo no se puede permitir, por lo que ha pedido la colaboración de la Junta y la Diputación.
En ese sentido, el presidente de la institución provincial, Gerardo Álvarez Courel, recordó que el gobierno autonómico ya había aprobado el proyecto remitido por el anterior equipo de gobierno encabezado por José Manuel Pereira, por lo que “lo lógico es que la Junta ejecute la obra que comprometió”, según declaraciones recogidas por Radio Bierzo. En cualquier caso, Courel aseguró que los técnicos de la Diputación estudiarán la situación.