Sobre el 895, San Genadio y los doce discípulos que le acompañaban llegaron al monasterio,  en ruinas desde que casi dos siglos antes las razzias musulmanas lo destruyeran, como otros en el Bierzo, y comenzaron su reconstrucción.

Diferentes obras de ampliación y conservación se sucedieron a lo largo del siguiente milenio. Hubo momentos en los que los avatares no tanto del destino como de la vida diaria casi le hacen desaparecer. Pero siempre consiguió salir airoso… hasta 1846, once años después de la exclaustración que supuso la desamortización de Mendizábal, cuando un incendio lo dejó prácticamente en su estado actual, aunque alguna de sus partes fuera utilizada con posterioridad. 

En 1999, el arquitecto Eloy Algorri, con la financiación de la Junta de Castilla y León, redactó un Plan Director de restauración del Monasterio. Este mismo arquitecto dirigió la primera fase de la intervención, llevaba a cabo entre el invierno de 2002 y la primavera de 2003, que consistió en el desescombro de las dependencias, el ‘aterrazamiento’ del patio oriental y la recuperación de la rampa por la que los carros accedían a la bodega, las escaleras del claustro reglar, una conducción de agua que recorre el interior de los muros del ala meridional, la cocina monacal y un aljibe. También se procedió a derribar la casa rectoral edificada en el siglo XIX sobre dos ábsides. Finalmente, tras consolidar muros y ruinas se procedió a una limpieza de urgencia de la iglesia y a una cata arqueológica que descubrió varios enterramientos del siglo XI.

 

 

Finalizan las obras del centro de recepción de visitantes de Montes de Valdueza con una inversión de un millón de euros. / EBD
Finalizan las obras del centro de recepción de visitantes de Montes de Valdueza con una inversión de un millón de euros. / EBD