El Museo del Ferrocarril de Ponferrada inauguró hoy la exposición ‘Salvar La Recuelga’, una muestra de 40 fotografías de distintas épocas que sirven para repasar la historia de este paraje ubicado en la localidad de Santa Cruz del Sil y vinculado a la historia minera de la comarca. Los cuatro textos que acompañan las imágenes destacan la importancia histórica de este paisaje y abogan por la necesidad de salvaguardar este patrimonio, según explicó el historiador Víctor del Reguero, autor de uno de los textos.
Al respecto, Del Reguero recordó que existe una “amenaza que se cierne sobre el paraje” en forma de parque fotovoltaico y apostó por “abrir un debate serio” sobre la conveniencia del despliegue de este tipo de energías renovables en lugares patrimoniales. “Creo que hay espacio suficiente para esos proyectos en otros espacios donde no se deteriore el patrimonio agrícola, natural e industrial”, señaló.
En ese sentido, valoró la resolución publicada esta semana por el Boletín Oficial del Estado (BOE) que recoge el inicio de la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC) para la antigua central térmica de la Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP), hoy reconvertida en Museo de la Eenrgía. Según Del Reguero, todo el argumentario utilizado por esa resolución es “plenamente válido” para La Recuelga, por lo que apeló a la sensibilidad de la Junta para atender la nueva petición para declarar BIC el antiguo tren minero entre Ponferrada y Villablino, conocido popularmente como Ponfeblino.
En esa línea, recordó que ese tren minero está estrechamente vinculado a la puesta en marcha, a mediados de la década de los 40 del siglo pasado, de una zona de lavaderos que se convirtió en el “punto más importante a nivel industrial” del recorrido. Las imágenes que compone la muestra proceden de colecciones particulares y de distintos fotógrafos extranjeros que acudieron en los años setenta y ochenta para capturar escenas de este ferrocarril, el último en funcionar con vapor en la Europa occidental. Así, obras de Ronald Cox, Didier Duforest, Brian Syddall o Dick Manton testimonian el paso o la parada de distintos trenes por La Recuelga.
Por su parte, el ingeniero de minas Roberto Matías, autor de otro de los textos, insistió en que este lavadero minero, que estuvo en funcionamiento durante 40 años, es “indisoluble del patrimonio del Ponfeblino”. “Todavía es posible dar a esas instalaciones el valor que tienen”, apuntó Matías, que recordó que este lavadero contó en su día con la tecnología más novedosa del momento para dotar de valor añadido al mineral extraído en la cuenca berciana.
Del mismo modo, el profesor de Geografía de la Universidad de León (ULE) José Cortizo lamnetó la desaparición de otros elementos vinculados a la historia minera de la zona. “¿Por qué perder un pasado que tenemos delante de nosotros?”, se preguntó Cortizo, que valoró la muestra como una forma de “mirar al pasado sin nostalgia para hacerlo operativo de cara al futuro”.
Protección del patrimonio industrial
La Recuelga, un paisaje configurado durante más de un siglo de minería del carbón, conserva algunos bienes relevantes, como los lavaderos de carbón de las empresas Antracitas de Fabero y Victoriano González. Además de los dos lavaderos y sus líneas de baldes, existían en la zona varios grupos mineros, el poblado minero de El Escobio y las casas que en las cercanías fueron construyendo las familias de quienes llegaron para trabajar en las minas.
A raíz de la amenaza que para este patrimonio supone el proyecto de una planta fotovoltaica, varias instituciones y entidades, entre ellas el Club Xeitu y la junta vecinal de Santa Cruz del Sil, solicitan a la Junta la protección integral tanto de los dos lavaderos como de todo el paraje, con la declaración de Bien de Interés Cultural (BIC). Además, el colectivo Hispania Nostra incluye, a petición de la junta vecinal, los dos lavaderos de La Recuelga en la Lista Roja del Patrimonio.
Está claro que a los que le interesa que se gaste dinero público en la ruina de la recuelga es a los que, en su caso, se beneficiarían , a saber; los técnicos a los que se les encargase el proyecto y los contratistas a los que se adjudicasen las obras. A nadie más le interesa un motón de escombros en grave riesgo de derrumbe, unas ruinas horrorosas que deberían de haber sido demolidas por su propietario cuando terminó la explotación. Claro está que a alguien le interesa librar al propietario de cumplir con sus obligaciones cargando el muerto al ayuntamiento. Ya está bien de poca vergüenza, ya tenemos en el Bierzo y Laciana bastantes bodrios. NO hacen falta más.
Ojalá, OJALÁ a la empresa del parque solar aproveche la pala y tumbe ese bodrio de una vez, una cosa horrorosa en peligro que sólo va a costar miles de euros absurdos al gobierno, cyl, ayuntamiento o a quien sea, alguien poderoso se quiere lucrar y tiene borregos que apoyan a dejar eso.