Los vecinos del inmueble ubicado en el número 7 de la avenida del Caribe de Ponferrada viven atemorizados por los erráticos comportamientos antisociales de uno de los inquilinos del mismo, un joven presuntamente politoxicómano que ha provocado a lo largo de los últimos meses diversos destrozos en las zonas comunes y múltiples molestias con los ruidos que provienen de su morada.
“Es una auténtica pesadilla”, resume una de las vecinas, que constata que “debe ser una de las viviendas más visitadas por la policía, pero como no les abre la puerta no pueden entrar”. La desesperación es máxima entre todos los habitantes del edificio, ya que aunque se suceden las denuncias nadie parece capaz de poner freno al problema.
Los vecinos cuentan cómo han llegado a ver hasta “sangre en las escaleras, porque rompe la puerta de entrada al portal, desparecen extintores, hay robos en las carboneras, gritos, peleas, música alta de madrugada que tiemblan hasta las paredes…”. Incluso se han topado con “amigos y compañeros” del vecino problemático durmiendo en las escaleras, en situaciones que han derivado en amenazas contra los inquilinos.
“Vivimos en una situación de ansiedad total y ya no sabemos qué más hacer que recurrir a los medios. Parece que estén esperando a que pase algo grave para intervenir”, lamentan los vecinos.
PESADILLA EN LA AVENIDA CARIBE:
https://www.elbierzodigital.com/pesadilla-avenida-caribe/466906
El portal de la Avenida Caribe 41 del que soy Presidente de la Comunidad, también ha sufrido destrozos por parte de este individuo, además de romper el cristal del portal, arrojó un extintor por las escaleras, que si llega a pillar a una persona la podía haber matado.
Hemos presentado denuncia en la policía por los daños ocasionados y solicitado orden de alejamiento.
Este tarao puede hacer lo que quiera , pero como a un vecino, se le ocurra tocarlo, lo tiene clarinete. Son los fallos de La Tonticracia.
Tenemos un problema similar en Calle Chile, 10. Imposible solucionarlo, la policía ha venido en múltiples ocasiones, y todo sigue igual. Gritos, portazos, destrozos en la vivienda, un sinfin de gente subiendo y bajando a altas horas de la madrugada, malos olores que salen de la vivienda, coacciones a vecinos, etc.